Elizabeth
Eyre es el seudónimo con que dos autoras que escriben novelas las firman.
Difícil proceso éste que no acabo de entender, y tal vez por ello el resultado,
en la obra que hoy nos ocupa, no es precisamente admirable ni mucho menos. No
obstante, me he enterado que Segismundo, el protagonista de la novela, también
lo es de otras y ya se ha convertido en una especie de Sherlock Holmes
renacentista, porque la historia está precisamente ubicada allí, en la Venecia del Renacimiento.
Un
acaudalado, tacaño y ruin veneciano es asesinado en su propio palacio y se
siembra el misterio en toda la ciudad. Muchos son los que querían matarlo, pero
de allí a poder y en la comodidad de su hogar hay una gran distancia. El aventurero Segismundo es reclutado sin pedirle su opinión por el suegro
del muerto para que investigue lo ocurrido. Pronto se entera de que en esa Venecia los
asesinatos por ambición son cosa bien común. Los sospechosos se multiplican con
rapidez sin exclusión de los familiares de la víctima.
Hay, sin
embargo, poderes ocultos dispuestos a lucrar con el homicidio, y Segismundo
sabe que lo mejor que puede hacer no es precisamente resolver el misterio, sino
mantener más o menos contentos a todos los poderosos que tratan de obtener algo
de sus investigaciones. Eso no le garantiza salvar la vida, pero sí tiempo para
hallar el modo de salirse de ese nido de asesinos en que lo han metido por la
fuerza. No la tiene fácil. Habrá de sobrevivir a matones obsesivos, viejos
traicioneros y ambiciosos y al propio símbolo de Venecia: leones
hambrientos.
Se nota que
las autoras se quemaron las pestañas estudiando la historia de la República de Venecia,
porque nos dan una buena descripción de la vida en aquella legendaria ciudad
flotante llena de asesinos e insoportablemente pestilente. Eso compensa en
parte el hecho de que la novela aun estando llena de malos, de crímenes,
traiciones y misterios, es bastante deficiente. No termina de enganchar nunca y
de principio a fin no causa más que pereza. Acabar de leerla requiere un
esfuerzo que termina no valiendo la pena.
¿Qué es lo
mejor del libro?
La lección
de historia, es lo que estimula para terminarlo.
¿Se lee
rápido?
No, me
llevó meses.
¿Tiene
algunos defectos?
Por todas
partes.
¿A quién
podría gustarle?
Probablemente
a los fanáticos de la novela negra.
¿Deja algún
mensaje?
Sólo deseos
de prestar el libro y no preocuparse por su devolución.
¿Se
merecería ganar un premio?
No, y creo
que queda claro por qué.
5/10
Tampoco de este libro he podido encontrar alguna reseña digna para colocar un enlace. Supongo que a la mayoría de los que se han hecho con él no les quedaron ganas de contarlo.
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