Ésta es la primera de las novelas en que
aparece el legendario, muy legendario, detective inglés Sherlock Holmes. Aquí
es donde conoce a su inseparable mayordomo que pasará siempre por asistente y
que se llama John Watson.
La idea de vivir juntos les surge porque ambos
andan un poco rotos de los bolsillos y, sin conocerse, deciden darle prioridad al ahorro que al riesgo de vivir con un desquiciado. Watson al poco tiempo se
da cuenta del gran poder de deducción que tiene su compañero de piso. Deduce el
oficio y demás cosas de una persona con sólo verla de lejos.
Holmes, para sorpresa de Watson, trabaja en el
anonimato para investigadores “profesionales” que acuden a él y le cuentan los
pormenores de un caso para que allí mismo, en la comodidad de su hogar, se los
resuelva.
Al poco tiempo de que los dos hombres comparten
techo, llega a Holmes un caso que no es, al principio, fácil de resolver, y que
lo obligará a salir de su casa a investigar por su cuenta. Un extraño
asesinato, o algo parecido a ello, lo lleva hasta una disputa bastante vieja,
acontecida en una comunidad mormona de Utah, muchos años atrás.
La eficiencia con que Holmes resuelve el caso,
supone el inicio de una brillante carrera del detective y de su autor, porque a
la par crecieron y murió sólo el que era mortal. El otro se sigue editando con
frecuencia y también sigue cumpliendo su objetivo primordial: entretener. Aunque
muchos han querido, no sé con qué argumentos, llevarlo más lejos y atribuirle
calidad y grandeza literaria que no tiene.
Sherlock Holmes y la cadena de relatos y
novelas que lo contienen no es ni de lejos un compendio de excelentes obras
literarias; es, o creo fue, literatura de entretenimiento que encontró acomodo
en las tardes de ocio de los ingleses y que después se expandió por el mundo.
Es cierto que hay fanáticos del legendario detective, pero eso no es pretexto
para tildarlo de obra maestra. Hay fanáticos, en general, de mala y pésima
literatura bien promocionada y bien vendida. Las obras de Doyle no son una
bazofia, desde luego, tienen su merito. Ser los pilares de un género que aún
nos persigue ya es ser algo. Tuvieron un efecto muy fuerte en la literatura y
hasta en la cultura de una sociedad, y allí radica su valor, no en su calidad
literaria, que es, desde luego, cuestionable.
¿Qué es lo
mejor del libro?
Es una
novelita policíaca bien hecha, pero con alcances bien reducidos. Entretenimiento
puro. Nadie se imaginaba lo que llegaría a ser después.
¿Se lee
rápido?
Sí,
bastante. Aburrida no es.
¿Tiene
algunos defectos?
No, aunque
eso no significa que sea una maravilla.
¿A quién
podría gustarle?
A los fanáticos
de la novela policíaca. Imagino que algunos tienen el ejemplar en un pedestal o
algo parecido.
¿Deja algún
mensaje?
No, ni
predice el éxito que Doyle y Holmes tendrían de allí en adelante.
¿Se
merecería ganar un premio?
Ésta es
otra de las novelas que ya no está para esos trotes.
7/10
En la adolescencia recuerdo haber leído a Agatha Christie, pero no a Arthur Conan Doyle. Me tientas..¡Gracias por compartirlo!
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