sábado, 2 de junio de 2012

No despertéis a los muertos, de Johann Ludwig Tieck o Ernst Raupach


Lo primero que llama la atención de este relato de vampiros es su genialidad y después el hecho de que no se sabe con certeza quién es su autor. En algunas ediciones figura el nombre del alemán Johann Ludwig Tieck y en otras su compatriota Ernst  Raupach. Según la sabia Wikipedia lo escribió este último. Apareció en 1823 y aunque se le atribuye mucho éxito desde entonces es difícil de creer, porque de haber sido así no existiría la duda sobre la autoría.
Otra cosa por la que es famoso el relato es debida a que fue escrito muchos años antes que Drácula, por lo que nos ofrece un vampirismo muy alejado del convencional. Drácula  impuso ciertos lineamientos a la literatura vampírica y la gran mayoría de los autores se han apegado fielmente a ellos. No despertéis a los muertos es un relato de vampiros viejo que precisamente por eso es diferente a los muchos conocidos.
Y también creo justo decir que la calidad del relato, aun cuando ya han pasado muchos años de que fue escrito, es notable. Engancha rápido y no decepciona en ningún momento, aunque quizás en el final... pero en fin.
El argumento trata sobre Walter, un joven noble borgoñés que al poco tiempo de casarse pierde a su esposa, Brunhilda, y aunque se vuelve a casar y engendra  dos hijos, sus pensamientos siempre vuelan junto a su esposa muerta. No es un sentimiento de amor lo que lo lleva a llorar a su tumba, sino el recuerdo de una pasión que lo quemaba por dentro, la misma que no le despierta Swanhilda, su segunda esposa.
Una noche coincide en el cementerio con un brujo que está allí con la finalidad de recoger plantas que sólo crecen donde reposan los muertos, y le revela que él tiene la capacidad de devolverle a Brunhilda, pero le advierte del peligro que eso significa.
Waltar no escucha las advertencias del brujo, se arrodilla y suplica para que éste haga volver de la tumba a la mujer que tanto extraña.
El brujo le dice tantas veces como puede que su petición encierra peligros indescriptibles, pero Walter en lugar de reflexionar se impacienta y se esmera en sus suplicas. Una vez satisfecha su petición, repudia a su esposa Swanhilda, olvida a sus hijos y vive nuevas noches de intensa pasión junto a aquella mujer a la que anhelaba con locura, pero mientras él duerme agotado, un monstruo dentro de sus dominios va exterminando poco a poco a toda su servidumbre y cuando ésta se termina voltea a ver a sus hijos pequeños.
En los tiempos que corren, con tantas novelas de vampiros que se editan, es recomendable leer Drácula para entenderlas bien, y creo que para comprender al propio Drácula también hace falta leerse este relato, que sin duda lo influenció en mucho.

¿Qué es lo mejor del libro?
Casi todo el relato es muy bueno, por más que el final salga debiendo.
¿Se lee rápido?
Tan rápido como se lee un buen relato de esos que luego no abundan.
¿Tiene algunos defectos?
El final…
¿A quién podría gustarle?
A los fanáticos de la literatura vampírica y de terror. Sin duda lo hallarán genial.
¿Deja algún mensaje?
No, pero no hace falta para disfrutarlo en su justa medida.
¿Se merecería ganar un premio?
Si fuera un relato actual creo que podría competir con argumentos sólidos.

8/10

Otra reseña del libro aquí
Y aquí también hay una

2 comentarios:

  1. Me sorprendió este libro. Me lo recomendaron y, acostumbrada a Dráculas, llegué con recelo.
    Todo un descubrimiento
    Besos

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